Que mi tiempo en las manos del día
se escurra y se ausente indiferente
veloz, discontinuo, inconcluso
soberanamente...
¡Me molesta!
Así no debería ser el tiempo
porque si es así
y no tengo la edad que tengo
mis ciento un años, son setenta y ocho.
Los veintitrés años de diferencia
míos y no míos o únicamente míos, tal vez
ya estén en otros seres, pero me pertenecen
como que estoy seguro
que entre mis setenta y ocho, que con honra conservo
tengo algunos
de algunos que no conozco ni conoceré.
Esto lo deduje ayer o el año pasado
y esta mañana, a las siete y media
me miré en el espejo
y me vi totalmente rejuvenecido
miré la hora
eran las diez, pleno día
dejé el bastón, deje mi barba... y me fui
me senté en la plaza
cara al sol, brazos extendidos
y manos abiertas...
¡Bien abiertas!
ChicoMalo
15-01-2009
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